Consuelo Pillot, artista mexicana nacida en Puebla en 1944, ha hecho del arte un proceso continuo de transformación. Como la oruga que se convierte en mariposa, su vida y obra se definen por la metamorfosis: no hay disciplina de las artes plásticas que no haya explorado, ni técnica que no haya sabido transformar en expresión personal.
Su formación artística comenzó en la Academia de Bellas Artes de Puebla y se enriqueció con estudios en Restauración en el INAH, Enseñanza Primaria y Valuación del Arte en el Instituto Rafael Mattos. Fue discípula del escultor José Luis Silva y del muralista Fernando Rodríguez Lago, y perfeccionó su mirada en Roma, Italia, bajo la dirección del escultor Renato Galea.
Más allá del taller, Consuelo ha llevado la vocación por la enseñanza como una extensión natural de su arte. Fue directora de Arte y de Restauración en la Universidad Autónoma de Puebla, y cofundadora del Centro de Expresiones Contemporáneas, un espacio donde ha compartido su visión con niños, jóvenes y adultos.
Su obra es un reflejo de su mundo interior: fluída, vibrante y cambiante. No se detiene en géneros o estilos. Va del expresionismo abstracto a lo figurativo, y en cada pieza los colores y las texturas cobran vida propia. Sus formas no tienen aristas ni límites definidos: dialogan entre lo sagrado y lo cotidiano, lo emocional y lo simbólico. Como ella misma escribe, son “una simple vida de las formas y sus misterios”.
Ha expuesto su trabajo en colecciones importantes como la Universidad de Hawaii, la corporación GTE y en colecciones privadas de México, Panamá, Estados Unidos y Europa. Su capacidad de capturar emociones y estados del alma a través de las formas ha dejado una huella sensible en cada espectador.